Mi lección de liderazgo es resultado de muchos años de estar observando buenos líderes. Todos somos maestros y estudiantes. Sé que todos ustedes están observando a otros y tratando de emular a aquellos a quienes admiran.

Como líder, he encontrado que una de las más importantes habilidades que podemos tener es, por supuesto, una comunicación efectiva con nuestro equipo. Parecido a lo que Ian acaba de decir: la comunicación en general. Mientras que los buenos comunicadores no siempre son buenos líderes, sabemos que los buenos líderes siempre son buenos comunicadores. Y no me refiero necesariamente a quienes son oradores públicos con experiencia. El nivel de comunicación que hace efectivo a un líder, es, en mi opinión, mucho más profundo que su habilidad para presentar una conferencia persuasiva y convincente. De hecho, algunos de los líderes más efectivos son los que hablan menos y escuchan más. Como líderes, establecemos el tono, la energía y el marco dentro del cual el equipo será dirigido. Cuando el líder establece un ambiente transparente y abierto, permitiendo que todos compartan con libertad y sin miedo a ser juzgados, los miembros del equipo dan lo mejor de sí.

Hubo un taller en el que recientemente participamos los miembros salientes del consejo global, basado en las enseñanzas de la autora Nancy Kline. Kline con K. Ella escribió un libro llamado More Time to Think (Más Tiempo para Pensar). Esta perspectiva del liderazgo sugiere que los líderes que son hábiles para crear lo que ella llama “ambientes para pensar”, son exitosos en lograr encender pensamientos de gran calidad entre los miembros de su equipo. El pensamiento de gran calidad trae como resultado un mayor compromiso y óptimos resultados. Existen 10 elementos para crear ambientes para pensar, y aunque no tenemos tiempo para repasarlos todos, los quiero animar a leer el libro More Time to Think. Es verdaderamente transformador.

Para cerrar, me gustaría mencionar solo uno de estos 10 elementos de un ambiente para pensar efectivo. Es la habilidad de poner atención, de escuchar con respeto y sin interrumpir. La calidad de nuestra atención afecta profundamente la calidad del pensamiento de la otra persona. Hay una vasta cantidad de evidencia de que cuando realmente escuchamos con interés, respeto y curiosidad, la gente se siente escuchada y animada a revelar lo mejor de sus pensamientos, lo cual nos lleva a un mejor resultado.